El único niño que había en ‘El mundo al revés’ nació en un resplandeciente día de lluvia. Nada más nacer, los adultos le pusieron un gorro azul, pero tanta prisa tenían y tan ocupados estaban, que no se acordaron de ponerle un nombre. Así es que el único niño de ‘El mundo al revés’, resultó ser tan solo un niño sin nombre y con un gorro azul.

El niño se pasaba el día trabajando, de luna a luna; no tenía tiempo para hacer amigos, ni para reír, ni para jugar. ¡El niño ni siquiera sabía el significado de la palabra “jugar”! Pero todo eso cambió cuando, un día, de camino al trabajo, el niño sin nombre y del gorro azul se perdió por el bosque. Ahí hará nuevos amigos, aprenderá a jugar, a cantar, a bailar; descubrirá que puede ser lo que él desee, que la escuela es un lugar apasionante y comprenderá el valor de tener una familia que lo cuide y lo proteja. Un viaje que le mostrará lo maravilloso que es ser, en realidad, simplemente eso, un niño.

Y es que todos los niños y niñas tienen derecho al juego, a la salud, a la educación, a la protección, a tener una familia, a opinar y ser tenidos en cuenta. Y desde luego, a tener un nombre. En ‘El niño del gorro azul’, los pequeños espectadores y espectadoras aprenderán todo esto a través de los juegos, bailes y la interacción con los distintos personajes que ejemplifican lo recogido en la declaración de derechos de la infancia de UNICEF.